El canciller Camilión invita a pasear de noche por Buenos Aires

Esta entrevista revela una reacción sempiterna en quienes medran de los regímenes militaristas. Oscar Camilión fue canciller de Argentina durante parte del triste periodo dictatorial que comenzó con Jorge Videla y continuó con Roberto Viola y Leopoldo Gualtieri (quien desató la guerra de las Malvinas). La entrevista fue realizada por Elizabeth Baralt en 1981 para El Diario de Caracas por cierto con malicia periodística. Ha sido digitalizada por los estudiantes Gladys Seara y Tomás Rodríguez


Periodista y abogado, el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina conversó largamente con El Diario de Caracas. Horas antes estuvo reunido con el canciller  José Alberto Zambrano Velasco, quien le informó “extensamente” sobre los problemas limítrofes de Venezuela con Guyana y Colombia
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Hombre alto, no usa uniforme, fuma Pall Mall, sonríe con facilidad… El canciller argentino Oscar Camilión permite que, en esa suite del hotel Hilton, su imagen quede grabada quizás para una foto de primera. Se da cuenta de que el fotógrafo está espiando un gesto, la mano alzada, una mueca, el cigarrillo en los labios. Él sabe que esas son las fotos buenas. “Porque era yo el que las elegía cuando fui jefe de Redacción”. Sí, porque el ministro de relaciones exteriores de Argentina también es periodista.
−¿Quizás es más periodista que canciller?
−Yo, en ese oficio, soy bastante profesional. Si existe una logia internacional del periodismo, en esa logia he sido grado 33. He sido jefe de Redacción de un diario grande.
Era su segundo día en Venezuela y venía de conversar, durante  más de dos horas, con el canciller José Alberto Zambrano Velasco. Ayer en la tarde se permitió retardar una cita para dialogar –en ese tono de voz  que va bajando y bajando,  acusando los rigores de la nicotina− con El Diario de Caracas.

“Invitamos a que vayan a Argentina”
−Hay algo que está preocupando a los argentinos nacionalizados en Venezuela, y es que se les niega la visa para entrar en Argentina. ¿A qué se debe eso?
Es una complicación de tipo jurídico. De acuerdo a la ley de nacionalidad vigente en Argentina, la adopción de la ciudadanía en otro país significa la pérdida de la nacionalidad. Pero no automáticamente: es menester que se produzca un proceso voluntario del interesado para eso. Mientras eso no ha ocurrido, esos son ciudadanos argentinos. En la medida en que son ciudadanos argentinos, no pueden tener pasaporte venezolano. Si desea ir a Argentina, se le da la visa pero en pasaporte argentino.
−¿Lo mismo ocurre si el argentino se ha nacionalizado en otro país?
Sí, con cualquier país. Lo que ocurre es que, como aquí hay una colonia argentina importante, se registra el caso con más significación que en otras partes.
−Precisamente con relación a la imagen de la Argentina en el exterior, se dice que el gobierno argentino estaría preocupado por una supuesta campaña que hay en el exterior con relación a su país.
Yo le diría que no es supuesta. Que es campaña. Que no son los argentinos en el exterior, sino que hay otros grupos que no son argentinos. No hay la menor duda de que hay una campaña, específicamente hablando. Por ejemplo, últimamente en Estados Unidos ha habido tal proliferación de temática argentina en los medios de comunicación, que difícilmente pueda imaginarse que haya surgido espontáneamente. También difícilmente pueda pensarse que Argentina sea, en estos momentos, una amenaza a la paz y seguridad continentales, como para que subsista semejante preocupación.
−Es decir, se podría afirmar que los medios de comunicación de otros países aúpan esa campaña… 
−Por lo menos en algunos países, algunos  lo han hecho…
−¿En Venezuela?
−No, no creo. No tengo de tal manera una frecuentación de conocimiento de los medios venezolanos para decir que aquí pueda haber una campaña. Ahora, que ha habido en otros lugares, no hay la menor duda.
−¿Qué intereses habrían detrás de esa campaña?
−Yo prefiero registrar los hechos objetivos porque no me gusta orientar la política internacional ni interna, en función de tesis un tanto paranoicas, perseguisionistas.
−La imagen generalizada es que en Argentina hay persecuciones, que hay desaparecidos, que se vive en un régimen militar intolerable. ¿Usted qué le responde a esas afirmaciones?
−Nosotros invitamos a la gente a que vaya a la argentina.
−Y, también, se dice que usted sea uno de los pocos civiles en el Gobierno es, precisamente, para dar esa imagen de amplitud hacia el exterior. Un canciller civil, periodista…
−Bueno la gente puede decir que uno tiene cabello rubio porque se tiñó. Pero a lo mejor lo más fácil es decir que el cabello rubio  lo tiene porque es rubio. Yo preferiría decir que el cabello suyo, que es muy bonito, es negro y no teñido de negro. De modo que la idea de que se busca una especie de cosmético para una realidad, es bastante grotesca. Y, en última instancia, responde a lo que podríamos llamar los distintos modos de intervencionismo en los asuntos internos de otros países. Considero que estas formas de intervencionismo son sumamente nocivas en la vida continental. Realmente, se justifica que un país se ponga de moda en la atención de otros países cuando constituye amenaza para la paz y la seguridad.
−Y, una pregunta que me atrevo a hacerle, no para que usted me la responda: ¿visualiza a la Republica Argentina  como una amenaza a la paz y la seguridad de América Latina?
−No se la respondo…

Una explicación comercial
Las risas dieron pie para retroceder a aquello del intervencionismo.
−Una de las potencias que más se ha acusado  de eso, hoy en día, es a la Unión Soviética. Y, precisamente, la URSS tiene estrechas relaciones con Argentina, sobre todo en el plano comercial. ¿No es eso un poco contradictorio?
−Yo le diría que el día en que el ejército argentino adopte en un país vecino una actitud semejante a la que la URSS ha adoptado en Afganistán, entonces se podrían trazar paralelos. La URSS ha sido acusada de intervencionismo por un fenómeno que ocurrió. Ahora, que la Republica Argentina tenga actualmente  relaciones estrechas con la URSS, particularmente en el campo comercial, pues es un dato de la realidad. La Republica Argentina practica una política exterior independiente y nunca se ha enfeudado a alineamientos automáticos.
Camilión explica que, en lo que se refiere a la exportación de granos, Argentina tiene una condición de “proveedor privilegiado”. Esto para señalar que “tenemos un convenio de suministro mínimo con la URSS y, si las necesidades de la URSS son reales, pues tendremos la posibilidad de suministrarles en condición de proveedor privilegiado lo que podamos, en términos de país exportador. Es una explicación comercial. No tiene necesidad de buscar nada más”.
−Así como ustedes tienen diferendos limítrofes con Chile, Venezuela los tiene con Guyana y Colombia. ¿Se trató ese tema en su reunión con el canciller Zambrano Velazco?
−Tuvimos una explicación muy larga del canciller, con relación a la situación de ambos países. Hemos recibido algunos datos adicionales que nos interesaba conocer sobre el tema, con relación al cual tenemos una actitud similar en Argentina: los problemas son de una naturaleza esencialmente política, y tienen que ser resueltos por los países interesados.

Fumando espero
−Siendo usted periodista, ¿cómo explica que la revista Newsweek no se  haya dejado circular en Argentina durante su última edición?
−No, al contrario, hubo una información equivocada sobre el particular. El distribuidor no la distribuyó. Yo era partidario que el artículo de Newsweek fuese distribuido en Argentina. Es un artículo de tal manera deformado, que yo diría es propagandístico. En la Cancillería lo hemos distribuido a todas partes. Lo tenemos coleccionado para que cualquier persona que nos visite en Argentina, lo primero que va a hacer es leer el artículo.

−¿Fue, entonces, una autocensura del distribuidor?
−Así es.
−Se decía que había una palabra que no le gustaba mucho al gobierno…
−Hay una palabra que es obscena… No es la forma más elegante para un país poniendo en la primera página que es un prostíbulo. Es la primera vez que yo recuerde que una revista internacional utilice un calificativo así para un país.
−¿Cómo podría decir usted que se está viviendo actualmente en Argentina? Así como para invitar al venezolano para que se vaya a vivir a ese país.
−Se van a encontrar algunas cosas interesantes. Algunas que gustan, otras que no gustan. Los argentinos, en general, estamos bastante disconformes con muchas cosas que pasan. Inclusive, dentro del gobierno nos criticamos mucho. Pero vale la pena visitarla. Inclusive para hacer la curiosa comparaci
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